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POR UNA VIDA DIGNA

Foro de Curas de Madrid
– Autor: Foro de Curas de Madrid –
22 de abril de 2012
 
A – Degradación de las condiciones de vida y de trabajo

1 – El escenario social de este primero de mayo en nuestros barrios viene definido por el malestar social que están causando los recortes en derechos y prestaciones sociales y la reforma laboral. El Informe Foessa, recientemente presentado por Cáritas, llega a la conclusión de que la pobreza en España se está haciendo más extensa, más intensa y más crónica.

2 – Nos encontramos con situaciones cada vez más preocupantes: personas afectadas por la falta de empleo y los desahucios, la emigración de los jóvenes, las colas ante Cáritas y los comedores públicos, la búsqueda de restos de comida en los contenedores, la gente durmiendo en las calles, el top manta huyendo de la presencia policial, los Centros de Internamiento de Extranjeros, la falta de apoyo a los instituciones de cooperación, etc.

3 – En Sanidad, recientemente un Manifiesto de la Organización Médica Colegial ha dado la voz de alarma sobre “una situación crítica que perjudica a los más pobres, débiles, ancianos, desfavorecidos e indefensos”. Parecidas situaciones se están dando en el sistema educativo. Los recortes del presupuesto público están obligando a reducir recursos necesarios para ofrecer una educación de calidad a todos los ciudadanos de cualquier clase social en condiciones de igualdad.

4 – Asimismo el bloqueo presupuestario de la Ley de Dependencia convierte en inalcanzable para muchas familias el derecho de las personas dependientes y ancianos a los cuidados que palíen su situación. Lo mismo podemos decir de las restricciones presupuestarias al subsidio de desempleo que hace crecer diariamente el número de familias que caen en las listas de la pobreza

5 – En cuanto a las condiciones laborales, las retribuciones salariales han ido degradando el poder adquisitivo de los trabajadores en las últimas décadas. Y las medidas que plantea la última reforma laboral siguen por el mismo camino: “facilitan y abaratan la expulsión del mercado de trabajo y quiebran el derecho constitucional a la negociación colectiva y a la capacidad organizativa de los trabajadores” (Comunicado JOC – HOAC, 16 – 2 – 2012). En opinión de abogados laboralistas: “El Gobierno está deshaciendo una parte del sistema jurídico establecido tras años de luchas sociales. Es un intento de retorno a las fórmulas liberales más puras del laissez faire…” B.- Hay alternativas:

Todas estas medidas de política económica se nos presentan como inevitables para reducir el déficit, pagar la deuda, crear empleo y salir de la crisis. Se nos asegura que no hay otra alternativa. Los curas del Foro, teniendo presente la incidencia de estas medidas entre las personas de nuestros barrios, proponemos algunas consideraciones sobre la situación.

No pretendemos hablar como expertos en economía. Pero nuestras propuestas tienen en cuenta las orientaciones de economistas, catedráticos de Universidad, algunos de ellos premio nóbel de Economía, que aseguran que hay alternativas, no sólo más justas desde el punto de vista moral, sino también más eficientes desde el punto de vista económico. Y piensan que, con la excusa de la crisis, lo que de verdad se pretende es degradar los servicios públicos del Estado del Bienestar y acelerar el proceso de privatizaciones a todos los niveles.

La opinión de estos economistas es sistemáticamente ignorada en los grandes medios de comunicación. Pensamos, en este sentido, que se nos está ocultando y manipulando la realidad, no por rigor económico, sino al servicio de los intereses de los bancos y las grandes empresas. Que estamos asistiendo a una verdadera dictadura de los mercados que manejan la opinión pública e imponen sus leyes e intereses a los gobiernos elegidos democráticamente.

La propaganda oficial insiste en que la crisis se ha debido al endeudamiento de las familias y empresas que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Estos economistas, sin embargo, atribuyen su origen a las prácticas especulativas de las entidades financieras, causa del crecimiento de los precios, particularmente de la vivienda. Y al crecimiento de la desigualdad en las últimas décadas, en que “hemos ganado por debajo de nuestras necesidades”, lo que ha obligado a las familias a acudir al endeudamiento.

La propaganda oficial insiste, asimismo, en que la causa de la crisis ha sido el déficit del Estado, que ha gastado más de lo que ingresaba. Estos economistas recuerdan que, al comienzo de la crisis, las cuentas del Estado español tenían un superávit del 1,9 del P.I.B. Y destacan la influencia sustancial que los Tratados de la Unión Europea y los rescates a las entidades financieras han tenido en el crecimiento del déficit y la deuda pública. El origen del déficit actual sería básicamente la deuda privada de los bancos, trasladada a las cuentas públicas. Por todo ello, algunos plantean la conveniencia de iniciar una Auditoría Ciudadana sobre la Deuda para establecer quiénes son sus responsables y qué puede tener de ilegítima. O el reconsiderar la conveniencia de una Banca Pública que busque algo más que el beneficio privado.

Destacan asimismo el peso que tienen en el aumento del déficit público la injusticia del sistema tributario español, el fraude fiscal (según los propios técnicos de Hacienda y de la Agencia Tributaria: “El fraude fiscal de las grandes fortunas, de la banca y de las grandes empresas se eleva a unos 44.000 millones de euros”); la economía sumergida, los paraísos fiscales; la nula tributación de las Transacciones Financieras Internacionales, etc. Frente a las medidas de la reforma laboral para crear empleo, plantean que, en momentos de recesión como el que vivimos, lo más razonable es aumentar la capacidad adquisitiva de los ciudadanos por el crecimiento de los salarios. Es el aumento de la capacidad adquisitiva de los trabajadores lo que activa el consumo y en consecuencia la demanda de bienes y servicios, lo que reactiva la economía productiva. Mientras que la concentración en pocas manos de la riqueza no hace más que facilitar las actuaciones especulativas, paralizando la economía real, como está sucediendo ahora. Es necesario asimismo – dicen- facilitar créditos a la pequeña y mediana empresa y a las familias. Y sin embargo los bancos tienen el crédito bloqueado. Los créditos que reciben del dinero de todos los ciudadanos por el Banco Central Europeo lo utilizan, no para trasladarlo a la economía productiva, sino para retribuir a sus accionistas y seguir especulando. Estos economistas creen necesario mantener e incluso aumentar el gasto público. Gasto que permitiría la investigación y desarrollo que pusiera en marcha un nuevo modelo productivo, distinto al del “ladrillo”. Y que es necesario igualmente aumentar el gasto público social. Todo ello sería posible con una fiscalidad más justa.

C – Por una economía al servicio de las personas

13 – Teniendo en cuenta estas orientaciones, creemos, en primer lugar, que es necesaria una información plural para tener elementos de juicio moral. “Una participación ciudadana digna es impensable sin el conocimiento de los problemas de la comunidad política, de los datos de hecho y de las varias propuestas de solución” (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, nº 414).

14 – Por ello consideramos vergonzoso que el obispado de Madrid haya pretendido impedir este derecho a la información plural, cuando recientemente ha considerado “improcedente la difusión” de una Declaración crítica con la última reforma laboral, publicada por los movimientos HOAC y JOC pertenecientes a la Acción Católica. O cuando, en su programa de formación permanente del clero, al hablar sobre las causas y salidas de la crisis económica, solamente han expuesto su opinión los representantes de los banqueros. O cuando sus medios de comunicación sólo están abiertos a economistas de la derecha económica.

15 – Creemos que las estructuras económicas y políticas pueden y deben estar al servicio de las personas. Y que, si otra economía más humana es técnicamente posible, se convierte en una obligación moral convertirla en políticamente viable. El Movimiento 15 M se presenta con un grito: “¡No somos mercancía en manos de banqueros y políticos!”. Compartimos esta indignación, no sólo desde unos deseos puramente utópicos, sino desde las perspectivas que nos abren estos economistas.

16 Consideramos que el sistema financiero ha de estar al servicio de los ciudadanos. Ya Pio XI en la gran depresión del 1929 denunciaba “el dominio de los que se apoderan de las finanzas y señorean sobre el crédito administrando a su voluntad y arbitrio la sangre de la que vive toda la economía, de modo que nadie puede respirar contra su voluntad” (Quadragessimo anno, nº 109) 17 – Creemos que el sistema tributario ha de promover una fiscalidad justa. Y, una vez establecida, el Estado ha de vigilar para que el fraude no la deje en nada. Y, hablando de justicia fiscal, no queremos pasar por alto el creciente malestar de sectores sociales respecto a lo que consideran un estatuto privilegiado de la Iglesia en nuestro país. Consideramos necesario, en este sentido, que la Iglesia actúe con total transparencia. Que rinda cuentas pública y detalladamente de los distintos capítulos de sus ingresos y gastos. Que corrija las prácticas ilegales que pueda haber. Que se someta a las exigencias de la justicia fiscal de la Constitución, más allá de la estricta legalidad. Esta legalidad puede no ser otra cosa que el reflejo jurídico del poder que la institución eclesial ha tenido en una situación histórica determinada.

18 – Valoramos como un signo de dignidad y esperanza el creciente movimiento de indignación social y participación ciudadana que se va extendiendo en nuestro país en los últimos meses.

19 – Nos parece finalmente injustificable el silencio de una buena parte de los obispos ante la situación. Jerarquía muy locuaz, por otra parte, cuando se trata de temas de moral sexual y reproductiva. Y no entendemos que se esté viendo cómo la ciudadanía se empobrece mientras que la iglesia jerárquica no renuncia a ninguno de los privilegios económicos que recibe de un Estado también empobrecido.

20 – Con este comunicado queremos sumarnos a todos aquellos que participan en la construcción de una economía y una sociedad de mayor calidad humana. En medio de las oscuridades de la situación presente, escuchamos la Palabra bíblica que nos presenta a la persona humana como la imagen del Dios creador, que da sentido a toda organización social: “lo coronaste de gloria y dignidad – todo lo sometiste bajo sus pies” (Salmo 8). Y en los primeros siglos del Cristianismo, San Ireneo de Lyon resumía el proyecto cristiano proclamando que “La Gloria de Dios consiste en que el hombre viva con dignidad”.

Foro de Curas de Madrid

(Madrid 22 de abril de 2012)

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