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Y VOSOTROS, ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY?

Ex106 (nov.-dic-2010)
– Autor: Jóvenes de Logroño –
 
Somos Daniel, María, Millán, Raquel, Rubén y Silvia. Tenemos entre veintidós y veintiséis años. Juntos formamos uno de los grupos jóvenes que han nacido de las Comunidades Cristianas de Base de Logroño. La mayoría hemos vivido en casa la tradición cristiana de las Comunidades de Base. Jesús ha estado presente en el estilo de vida que han llevado nuestros padres y madres, y en él nos han educado; es posible que esto influya en nuestra forma de ver a Jesús.

Por otro lado, también es cierto que todos nosotros procedemos, en mayor o menor medida, del mundo universitario, aunque cada uno de un ámbito distinto. Hay un veterinario, una informática, un economista, una física, un lingüista y politólogo, así como una enfermera. Como se ve, somos gente muy diversa y complementaria, pero con el empeño común de vernos una vez por semana para tratar diferentes temas de actualidad desde un punto de vista distinto y seguir creciendo como personas.

¿Quién es Jesús hoy? ¿Qué representa en nuestra vida? Estamos convencidos de que Jesús fue una persona adelantada a su tiempo, un ejemplo de justicia y de lucha por mantenerla, una persona que no se dejó arrastrar por la sociedad de su época; sus principios eran firmes y claros, y supo oponerse a las personas más poderosas de su entorno.

En cuanto a lo que representa concretamente en nuestra vida, vemos en él el impulso para dedicar la vida a los que nadie escucha, a abrir los ojos a la sociedad, partiendo de unos ideales y un mensaje que con el paso del tiempo ha ido deformándose y no ha sido respetado. Pero estamos convencidos de que el mensaje de Jesús es un mensaje que no caduca.

Tenemos claro que Jesús es para nosotros un modelo de comportamiento y nos marca el ideal de conducta que debemos seguir. Es la utopía de la vida que queremos llevar, la meta que tenemos, aunque sepamos que no vamos a alcanzarla. Jesús es un apoyo importante, esencial, tanto en los momentos buenos como en los malos, y su presencia nos acompaña en los momentos de reflexión.

De todas formas, también tenemos claro que para nosotros Jesús no es Dios, sino una persona humana. Jesús no nació siendo Dios, no vino de arriba, de las alturas, sino que tuvo un proceso de maduración personal a lo largo de treinta años, en el que evolucionó y fue aprendiendo y asimilando el mensaje de Dios. En él vemos a Dios más cercano. Jesús es, pues, un ser humano como nosotros en el que percibimos a Dios. Esto nos anima a intentar ser capaces de igualarle. Si una persona como nosotros pudo hacernos percibir a Dios (teniendo en cuenta las condiciones de su época y la lucha contra las tradiciones de la religión del lugar donde nació), también nosotros podemos intentar hacerlo.

Eso nos anima a asumir un compromiso directo, no mirando a las alturas para que Dios resuelva las cosas, sino siendo nosotros mismos los hacedores del Reino, es decir, de un mundo justo y mejor.

Aunque parezca bonito y esperanzador ver en Jesús un ideal de comportamiento, supone para nosotros una importante carga. Jesús es un personaje que nos causa crisis y dudas; nos causa problemas. Vivir en el mundo actual, en esta situación laboral y estudiantil, con los amigos, intentando mantener cierta coherencia con el modelo de Jesús es complicado para nosotros. Creemos que es bueno conocer la vida de Jesús para ver que él también cometió errores (por ejemplo, se puede observar esto en el pasaje de la mujer sirofenicia, en Mc 7,24-30). Sabemos que Jesús fue aprendiendo (de su primo Juan, de las mujeres, entre otros), tuvo miedo (no fue a ciertas ciudades importantes en su época, siempre caminaba por la ribera del lago de Tiberíades, etc.), había cosas que no sabía…; igual que nosotros.

No obstante, no creemos que en nuestro grupo hayamos reflexionado aún suficientemente sobre Jesús. Nos queda un trecho importante para conocerlo bien y responder ciertas preguntas: ¿Es él realmente el sentido de nuestra vida? ¿Es la razón de que vivamos como vivimos? ¿Es él quien ha marcado lo que hemos estudiado, la carrera que hemos elegido y el para qué la hemos estudiado? ¿Hasta qué punto Jesús marca nuestro tiempo de ocio y de neg-ocio?

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