sábado, abril 20, 2024
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LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LA LUCHA CONTRA EL HAMBRE

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Éxodo 97 (ener.-febr.’09)
– Autor: Carlos Pereda –
 
En la lucha contra el hambre juegan un papel importante aquellos movimientos y ONG que se proponen no sólo canalizar ayudas a casos más urgentes, sino analizar sus causas y denunciar los intereses de fondo que impiden soluciones más globales. Por eso, hemos pedido a cuatro de esas organizaciones que aporten sus puntos de vista.

Desde tu grupo ¿cuáles son las causas del hambre?

2015 y más (Corina Mora).- Se trata de una situación multicausal de difícil resumen en pocas líneas. Para ir a lo esencial pensamos que las políticas internacionales en materia de agricultura y alimentación han sido desplazadas de la esfera pública de los gobiernos e instituciones y progresivamente quedan en manos de capitales privados transnacionales cuyos intereses están lejos de preocuparse por garantizar la alimentación de los ciudadanos con escasos ingresos, y prefieren bombardear a consumidores con gran capacidad de gasto. Llevamos tres décadas promoviendo un modelo agroexportador intensivo en químicos y transporte, que además de insostenible es injusto.

ACSUR-Las Segovias (David Ortiz).- Parece evidente que el hambre existe y que afecta, según datos de la FAO, a cerca de 900 millones de personas. Parece también evidente que en otros lugares la opulencia y el derroche, también de productos alimenticios, es un hecho habitual y que son muchos los datos que nos confirman que con la capacidad de producción de alimentos actual sería perfectamente posible que ninguna persona fuese víctima del hambre. Ante estas dos evidencias surge una tercera, y es que la principal causa del hambre está relacionada con la inequidad en la distribución de la riqueza y los alimentos y por la imposibilidad económica de acceder a esos alimentos de un número obsceno de personas. Aunque no son las únicas, las grandes empresas transnacionales agroexportadoras son en gran medida responsables, junto con las políticas de los gobiernos que les dan cobertura, de esta situación. Tras el fracaso de la llamada “Revolución Verde”, se continúa apostando por recetas caducas, intentando operar en las supuestas reglas del mercado que deben revertir esta situación a pesar de la constatación de su inutilidad, con el consiguiente alto coste en vidas humanas.

Quién debe a quién (respuesta colectiva consensuada en Internet).-

En la Campaña ¿Quién debe a quién? denunciamos que las causas del hambre, al igual que las del empobrecimiento y la desigualdad social extrema, radican en el sistema de relaciones económicas y de poder en el que vivimos. El sistema capitalista, antidemocrático y depredador en su esencia, potencia la avaricia y el individualismo. Buscando siempre el máximo beneficio empresarial y personal a corto plazo, la sociedad neoliberal premia las actitudes egoístas e irresponsables hacia la naturaleza y hacia los seres humanos, condenando así la vida de millones de personas y arriesgando el futuro de la humanidad. Es imposible analizar aquí todos los instrumentos concretos creados por el sistema para beneficio de muy pocos. Sirvan de muestra las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que de manera hipócrita imponen “soluciones” para los problemas de los países periféricos, que conllevan privatizaciones, monocultivos para la exportación, desprotección laboral, destrucción ambiental… O las sucesivas rondas de la OMC, que buscan liberalizar el comercio de los países empobrecidos, que agudizan las desigualdades y destruyen la soberanía alimentaria de los pueblos. La progresiva financiación de la economía se ha vuelto también en contra de quienes sufren la condena del hambre. En la bolsa de Chicago se especula con los cereales y las oleaginosas “olvidando” que las subidas de precio arrastran consigo a millones de personas. La defensa a ultranza de la revolución verde (insostenible y petrodependiente), por medio de la cual se han llegado a producir alimentos suficientes para 10.000 millones de personas, no se ha puesto nunca al servicio de las poblaciones empobrecidas, sino al de los intereses del agronegocio. En lo cercano, denunciamos nuestro modelo de consumo irrefrenado e irreflexivo, que no tiene en cuenta de dónde provienen los productos ni en qué condiciones fueron elaborados. La pasividad ante tanto sufrimiento nos vuelve cómplices. ¿Por qué nos parece aceptable que la inyección de dinero a la banca supere con creces la ayuda al desarrollo?

Entreculturas (Estíbaliz Giner).- A lo dicho anteriormente hay que sumar el efecto que las crisis alimentarias tienen en la estabilidad social de los países. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, ha declarado que “si no se cubren plenamente los fondos que solicitamos a los donantes, nos arriesgamos a que aumente aún más el hambre, la malnutrición y a que estallen disturbios sociales a una escala sin precedentes”.

¿Qué líneas de actuación urgente consideráis necesarias?

2015 y más (Corina Mora).- Hay que combinar al menos tres líneas de trabajo: a) La ayuda humanitaria urgente evitando que ésta profundice más en las mismas causas, es decir, no comprando grano a las grandes corporaciones sino potenciando producciones locales y/o regionales. b) Modificar las imposiciones de políticas económicas que se realizan a los gobiernos del Sur, permitiéndoles invertir gasto público en el fomento de la agricultura y la alimentación local. c) Impedir que los acuerdos comerciales en la Organización Mundial de Comercio definan las cuestiones relacionadas con la agricultura, la ganadería, la pesca y la alimentación.

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