viernes, abril 19, 2024
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El agua es vida

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Éxodo 120
– Autor: Pedro Pozas –

“Una civilización que es capaz de enviar una nave espacial a Marte para conocer si hay agua y no es capaz de garantizar agua potable a sus miembros en la Tierra no es muy civilizada”, comenta Víctor Viñuelas en este mismo número de Éxodo.

Nuestra sociedad no llega a captar seguramente la magnitud del problema, porque, si es importante que Naciones Unidas haya aprobado este derecho humano al agua, lo es más que el derecho se haga efectivo y sólo lo es cuando el agua que sirve para vivir, beber y alimentarnos esté al alcance de todos no contaminada, sin consecuencias negativas para la enfermedad y la muerte. El agua existe y es suficiente para todos, pero paradójicamente los políticos que nos gobiernan demasiadas veces no le dan la prioridad que merece o generan, a causa de ella, conflictos y guerras.

En nuestra mentalidad occidental, hemos programado una economía al margen y aun en contra de de la naturaleza, hemos contra puesto la tecnocracia a la biosfera. Y ya el cambio climático nos está demostrando que es urgente actuar para evitar la subida de temperaturas y evitar nefastas consecuencias. Poner remedio a esta situación no será posible si no sustituimos la pela por la colaboración, el enfrentamiento por el diálogo, desterrando de nuestra mente toda suerte de xenofobia e intolerancia.

Junto a este problema, está también y es acaso el más importante, regular el Bien Común del agua sin que nadie quede excluido de ella por su condición económica. Pero al gua, como factor económico, imprescindible para múltiples usos de nuestra vida, no tiene por qué ser gratuita, ni supone la no participación del sector privado, siempre y cuando se asegure su carácter público.

Volviendo al tema de lo conflictos generados por el agua, resulta obvio afirmar que esos procesos conflictivos tienen mucho que ver con Estados que no atienden a los problemas esenciales de la sociedad; y el derecho a tener agua sería uno de ellos. Igualmente, ocurre esto cuando se imponen proyectos de interés privado y no de interés colectivo.

Todo esto puede generar conflictos y es bueno que así sea cuando cuestionan determinados modelos de sociedad respecto al desarrollo, comercio y manejo del agua. Pero los conflictos suponen mucho desgaste si no existen mecanismos institucionales que sepan acoger y resolver las demandas de la sociedad.

Es posible, como piensan algunos autores, que el tema del agua en nuestro siglo no nos llevará a guerras sino que será más bien motor para la paz y cooperación entre los pueblos: “Cuando hay problemas de tierra, casi siempre acaban en guerra; pero cuando hay problemas de agua, se termina en conversaciones”.

Otros en cambio consideran el agua como bien económico vinculado al territorio y puede justificar cualquier disparate: “Las guerras pueden hacerse por el agua, por la bandera, por la religión, por el territorio, aun cuando se escondan las razones profundas y sean puros pretextos los que movilizan a la gente”.

Si la democracia es algo más que una formalidad es porque resulta capaz de resolver las cosas.

Y esa solución llega cuando consideramos el agua como parte del ecosistema, de la naturaleza y estamos dispuestos a colaborar con ella, pues la naturaleza no tiene fronteras. “Son los que están controlando el mercado del agua e impulsan un valor económico para la misma, quienes generan ciertas tensiones, algo que es también poder sobre el agua. El agua se puede usar en ciertos momentos como un recurso para negociaciones o para presionar al otro, pero, en sí mismo, el agua no es el factor que genera la disputa sino un medio para lograr ciertos fines. No hay conflictos puros en torno al agua”.

En todo caso, conviene dejar bien claro: “Que el derecho al agua no es un derecho más de lista de los derechos humanos, es un derecho que posibilita los otros y cuya ausencia hace que el resto se conviertan en derechos para unos pocos, para los que sí tienen agua buena. Los gobiernos de bien, las entidades sociales de bien, los ciudadanos que en lo países mas ricos abrimos el grifo de agua potable con un gesto rutinario… debemos construir una gran alianza para acabar con esa lacra, con esa vergüenza civilizatoria que es que centenares de millones de personas no tengan garantizado el derecho humano a beber agua buena” (Víctor Viñuelas).

Considero un buen punto final la transcripción de “El mensaje del Secretario General Ban Ki -moon con motivo del Año Internacional de la Cooperación en la esfera del Agua (2013)”:

1. El agua es fundamental pata el bienestar de las personas y el planeta.

2. Es necesario para la salud, la seguridad alimentaria y el progreso económico.

3. El agua es clave para el desarrollo sostenible.

4. Debemos trabajar de consuno para proteger y gestionar con cuidado este recurso frágil y finito.

5. Cada año tare consigo nuevas presiones sobre el agua.

6. El crecimiento de la población. El cambio climático.

7. Un tercio de la población mundial vive ya en países con una moderada o elevada escasez de agua.

8. La competencia es cada vez mayor entre los agricultores y los pastores, la industria y la agricultura, la ciudad y el campo.

9. Es necesario cooperar tanto a nivel institucional como a nivel de base y a nivel internacional en beneficio de todos, ahora y en el futuro.

10. La Asamblea General de las Naciones Un ¡dadas ha designado 2013 Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua.

11. Debemos aprovechar las mejores tecnologías y las mejores prácticas para obtener mayores cosechas con menos agua.

12. Debemos promover el derecho al agua, derrochar menos y elaborar prácticas inteligentes para que todos los usuarios obtengan una parte equitativa.

13. Debemos invertir en los recursos hídricos.

14. El agua es vida.

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