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Nazismo económico1

Éxodo 119
– Autor: José Ignacio González Faus –

Comparemos: por un lado, la propuesta andaluza de expropiar a los Bancos las casas inutilizadas, para dar vivienda a ­desahu­ciados y las críticas destempladas de cierta prensa: “robo, atraco, ataque a la propiedad”. Por otro lado, el Banco de España propone crear trabajo con un salario inferior al mínimo legal (que en España es el más bajo de la zona euro, y no es ya salario mínimo sino salario mierda).

¿Dónde está la moral, al menos desde una óptica cristiana?

Veamos. “Todo hombre tiene derecho a encontrar en la tierra cuanto necesita. Los demás derechos, sean los que sean, incluido el de propiedad y comercio libre, están subordinados a ello: no deben estorbar sino facilitar su realización. Y es un grave y urgente deber social reconducirlos a su finalidad primera” (Pablo VI, Pop. Prog. 22).

“El hombre, en cuanto a su persona, y por consiguiente en cuanto a sus bienes, más es de la república que de sí mismo… Mediando una justa causa, puede disponer la república de los bienes de cualquier particular, porque los bienes de éste más son de la república que suyos… (Por eso) el que se exime fraudulentamente de pagar los tributos no puede estar tranquilo en conciencia y está obligado a restituir… Es una ­iniquidad que se grave más a los que deberían estar menos gravados… Y así se hace ahora: que exentos los ricos, pagan tributos los pobres” (Francisco de Vitoria, Sentencias morales I, 93- 94 y103-104).

Corrijo la primera frase, matizando que el hombre es tanto (no más) de la república como de sí mismo. Pero me pregunto por qué nuestras derechas exaltan al P. Vitoria como gloria española, “prez de nuestro siglo de oro y padre del derecho de gentes”, cuando tan poco caso le hacen. ¿No deberían decir (con su jerga) que Vitoria era un perfecto cabrón y un comunista camuflado?.

Dicho lo cual, saquemos algunas consecuencias de los textos citados.

1.

El 25 de marzo del año pasado este periódico publicó un artículo titulado: ¿Crear empleo o crear esclavitud? Los hechos van respondiendo a aquella pregunta.

2.

Vivienda y empleo dignos son derechos primarios irrenunciables que están muy por encima del (supuesto) derecho a poseer una gran fortuna. Por tanto, si la iniciativa privada no puede o no sabe crear empleo, recae sobre los gobernantes la obligación grave de satisfacer esos derechos. Si no ¿para qué gobiernan? Pero ya nos avisan los sabios que “salir de la crisis” significará sólo que ya no estamos en recesión, mientras que el empleo seguirá siendo precario y los salarios más bajos. (Añadamos que el PP sí ha creado empleo; pero sólo para cargos y dirigentes del partido, que tienen sueldos dobles).

3.

“Los Bancos se hicieron para el hombre, no el hombre para los banqueros”, parafraseando una conocida frase evangélica. El dinero que tienen los Bancos no es suyo: lo tienen para ayudar a invertir a quienes crean riqueza, no para hacer negocios ellos. Si quieren negociar con ese dinero ajeno y les sale mal es problema suyo; pero eso no les autoriza a dejar de dar créditos. Clama al cielo que un banquero, condenado por la justicia e indultado por el gobierno socialista, se jubilara con una pensión de 88 millones (más otros 11 de un seguro acumulado). Ya el editorial de este diario consideraba esa cifra como “astronómica”. Démosle un millón (que ya lo quisieran muchos) y digamos que aquel señor es moralmente un ladrón que robó 87 millones. Si fuera católico habría que negarle la comunión como pecador público.

4.

Todo esto no afecta sólo al PP. Rubalcaba y otras prominentes figuras del PSOE tienen fortunas de más del millón de euros. Ese solo dato ya explica la crisis actual del partido, porque es profundamente antisocialista. Sueño que esos millonarios del PSOE se reunirán un día y, además de las propuestas que están haciendo, sensatas quizá pero inútiles (pues Rajoy ya declaró que, para él, eso de dialogar significa: “haga Vd todo lo que yo digo y comparta las responsabilidades”), nos comuniquen que han decidido reducir sus fortunas a unos dos o trescientos mil euros y, con todo lo que pase de ahí, buscar modos de invertir, sin más objetivo que crear empleo y sin buscar beneficios. Eso sería socialismo. Y así no necesitarían adornarse con lo que antaño llamé Izquierdas de plástico”.

Un sistema montado para satisfacer los caprichos de unos pocos y no las necesidades de todos, es puro nazismo económico tan intolerable como fue antaño el nazismo racial. Europa puede imponernos una reducción sensata y justa de nuestra deuda. Pero no puede exigir que esa reducción se haga precisamente recortando gastos sociales y derechos primarios, sobre todo cuando nosotros no hemos elegido a esos poderes. Menos aún debe alabar tales atrocidades como si pensara que los destinatarios de esos recortes no son personas sino una raza infrahumana (son PIGS, cerdos, como ya se dijo; y es sabido que del cerdo “se aprovecha todo”).

Sin una revisión muy seria de nuestra moral de la propiedad, no habrá salida para este mundo. Por supuesto, lo dicho vale también, y primariamente, para la Iglesia, las órdenes religiosas y para mí. 

1. Publicado en RD el 24/06/2013.

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