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MERCADO SOCIAL: COOPERAR PARA TRANSFORMAR

Éxodo 111 (nov.-dic.) 2011
– Autor: Susana Ortega Díaz –
 
Cualquier día como hoy millones de mujeres y hombres están resolviendo sus necesidades materiales produciendo, consumiendo y accediendo al crédito, es decir, haciendo economía, fuera de las empresas capitalistas, creando estructuras de propiedad colectiva y gestión democrática. El conjunto de estas realidades económicas comunitarias lo llamamos economía solidaria.

REAS es una Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria, compuesta por más de doscientas entidades que nos agrupamos en redes territoriales y sectoriales.

Desde REAS pretendemos potenciar la Economía Solidaria como un instrumento que permita desarrollar una sociedad más justa y solidaria, caminando hacia el desarrollo sostenible y teniendo en cuenta la interdependencia de lo económico, lo social, lo ambiental y lo cultural. Nuestra finalidad principal es hacer posible esa otra manera de enfocar y gestionar la economía, potenciando, apoyando y coordinando las iniciativas asociativas, empresariales, económicas y financieras que están comprometidas con los seis grandes principios de la Carta Solidaria que en su día adoptamos: Equidad, Trabajo, Respeto al medio ambiente, Cooperación, Sin carácter lucrativo y Compromiso con el entorno.

Unos principios que atraviesan un gran abanico de experiencias, iniciativas y organizaciones que reivindican la economía en sus diferentes facetas (producción, distribución, comercio, consumo y financiación) como medio y no como fin, al servicio del desarrollo personal y comunitario.

Justamente, es en momentos donde las crisis del sistema económico imperante más nos golpean, cuando se hace más necesario visibilizar y seguir construyendo alternativas económicas entendidas como instrumentos de transformación social. Una de estas alternativas que está impulsando REAS es la puesta en marcha de lo que se denomina Mercado Social: “Una red de producción, distribución y consumo de bienes y servicios que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios, constituida por empresas y entidades de la economía social y solidaria junto con consumidores y consumidoras individuales y colectivos. Cuyo objetivo es cubrir una parte significativa de las necesidades de sus participantes dentro de la red y desconectar la economía solidaria de la economía capitalista, tanto como sea posible”.

En cuanto a la organización del funcionamiento del Mercado Social cada red territorial está trabajando en la forma de la puesta en marcha del mismo, adaptada a sus necesidades. Pero todas trabajamos por un objetivo común:

“Construir un espacio de consumidoras, proveedores y distribuidoras, donde la ciudadanía podamos ejercer nuestra opción de consumo con compromiso social”.

Con la creación de los mercados sociales en cada uno de los territorios pretendemos:

_ Potenciar la visibilidad, viabilidad y sostenibilidad de las entidades de Economía Solidaria y, especialmente, crear circuitos alternativos al comercio convencional desde la perspectiva del consumo responsable. _ Fomentar e implicar en la corresponsabilidad a cada persona o entidad consumidora, productora, distribuidora, para cambiar el mercado.

LA NECESIDAD DE CONSTRUIR MERCADOS SOCIALES

La idea de mercado social surge hace unos años en el ámbito de REAS y en ella influyen varios factores:

LA NECESIDAD DE TRANSFORMAR:

Desde el pensamiento económico dominante, el mercado es concebido como el ámbito donde se organizan los intercambios de bienes y servicios entre vendedores/as y compradores/as conforme a un sistema de precios regulado por la oferta y la demanda. Desde REAS no compartimos esta visión, al contrario somos de las que creemos que se trata de una construcción social que, tal como ha evolucionado a lo largo de la historia, debe y puede seguir evolucionando. Por ello planteamos la necesidad de incorporar al mercado los valores de equidad, solidaridad y sostenibilidad.

LA NECESIDAD DE SOBREVIVIR:

En general, nuestras entidades son pequeñas en tamaño y cuentan con estructuras económicas frágiles. A su vez, ofrecemos productos y servicios de muy alta calidad y con un gran aporte social y ambiental. Necesitamos reforzar la intercooperación entre entidades y el apoyo mutuo para minimizar nuestras debilidades y a su vez hacer más visibles nuestras fortalezas, pues de lo contrario, muchos proyectos podrían desaparecer.

AFRONTAR Y CANALIZAR EL CRECIMIENTO DE ENTIDADES PRODUCTORAS DE BIENES O SERVICIOS:

El sector de la Economía Social y Solidaria sigue experimentando un importante crecimiento año tras año. Cada vez son más las personas y grupos que se plantean el que “no todo vale” y ponen en marcha proyectos socioeconómicos que responden a necesidades reales de la población con valores y prácticas participativas y respetuosas con el entorno.

AFRONTAR Y CANALIZAR EL CRECIMIENTO DE CONSUMIDORES Y COMSUMIDORAS CONSCIENTES INDIVIDUALES Y COLECTIVOS:

De la misma manera, cada vez somos más los/as consumidores/as que “miramos la etiqueta de los productos”: dónde se ha fabricado, cómo, con qué valores, etc. Sin embargo existen consumidores/as comprometidos con la agricultura ecológica, otros con el comercio justo, otros con el ahorro ético o la economía solidaria… pero en ocasiones, este consumo comprometido es sectorial y los que por ejemplo consumen agricultura ecológica no consumen productos de comercio justo o viceversa. Las sinergias que se dan entre entidades productoras responsables y consumidores/as conscientes debemos reforzarlas y dotarlas de una mayor globalidad.

EL MERCADO SOCIAL IMPLICA INTERCOOPERAR PARA DESCONECTARSE, EN LO POSIBLE, DE LA ECONOMÍA CAPITALISTA

En todas las fases del ciclo económico surgen iniciativas populares regidas por valores distintos de los capitalistas: propiedad común, cooperación, democracia, equidad, compromiso social, sostenibilidad…

En la producción, se extienden las cooperativas de trabajo, las asociaciones que gestionan servicios sociales, la emergente producción colaborativa por internet creadora de nuevos bienes comunes, ahora digitales, etc. En la comercialización, disponemos de cooperativas de consumo y de servicios, de tiendas de comercio justo y de segunda mano, etc. En la distribución, contamos con las experiencias de presupuestos participativos y de otros sistemas solidarios y participativos de reparto del excedente. En el consumo, proliferan las prácticas de consumo crítico y responsable, tanto por parte de personas como de empresas, entidades e, incluso, de algunas administraciones locales. En el crédito, se está conformando todo un tejido de finanzas éticas y de monedas sociales integrado por fondos solidarios como las comunidades autofinanciadas (CAF), las redes de intercambio con moneda propia, Fiare y Coop57.

Todas estas iniciativas –la producción cooperativa, los bienes comunes, la comercialización solidaria, la distribución participativa, el consumo responsable, las finanzas éticas y las monedas sociales– conforman lo que denominamos economía social y solidaria.

Sin embargo, una de las principales debilidades de este sector socioeconómico, que se está convirtiendo al mismo tiempo en un movimiento social, es que sus agentes no están vertebrados económicamente entre sí, sino que se subordinan, directa o indirectamente, al mercado capitalista. Muchas empresas solidarias no participan en las finanzas éticas ni comercializan sus productos a través de la comercialización solidaria, ni tampoco trabajan con proveedores del sector. El consumo responsable aún es muy débil; podemos afirmar que no existen propiamente consumidoras responsables sino tan solo algunas prácticas dispersas de consumo responsable dentro de una mayoría de actos de consumo que van a engordar las empresas capitalistas. Las finanzas éticas aún tienen poca capacidad para financiar las empresas solidarias.

Si queremos avanzar en nuestra finalidad de transformación social a través de lo económico, necesitamos dar otro paso más; necesitamos interconexionar todos estos sectores mostrando y haciendo visibles nuestras propuestas a la vez que reforzamos nuestra intercooperación.

Intercooperar en este contexto significa algo tan básico como priorizar nuestras necesidades de compra de bienes o servicios eligiendo como proveedor a una entidad de economía social y solidaria, la cual también prioriza sus compras eligiéndonos como proveedores cuando ésta demande un servicio o producto de nuestra entidad.

Pero esta intercooperación debe tomar más fuerza y ser practicada de manera cotidiana por las personas que trabajan en el sector y por otras personas que quieran ejercer su opción de consumo con compromiso social, tratando de crear entre todos/as nuevos proyectos socioeconómicos compartiendo excedentes y recursos mediante asociaciones, cooperativas de segundo grado y grupos cooperativos.

Desde REAS entendemos que el Mercado Social ha de ser impulsado conjuntamente desde las organizaciones representativas de los sectores cooperativos, de la economía solidaria y social y del consumo responsable. Pretendemos que la creación de estos mercados sociales sea un proceso participativo, de modo que se impliquen en el mismo desde el principio el mayor número posible de entidades y personas que apuestan por la economía solidaria y social en nuestros territorios, aportando propuestas concretas para su puesta en marcha.

Pensamos que hay que construir instrumentos, herramientas que nos acerquen, que faciliten la íntercooperación y el apoyo mutuo pues entendemos que sólo así podremos dar respuestas globales a los diferentes desafíos que tenemos como sociedad civil.

“Si queremos transformar el mundo o esperamos a que otros lo promuevan o lo promovemos nosotros/as mediante alternativas propositivas incluyentes que demuestren que hay otras formas de producir, de consumir, de relacionarse económicamente…”.

En resumen

Queremos impulsar un mercado alternativo que reivindique sus diferentes facetas (producción, financiación, comercio y consumo) como medio –y no como fin– al servicio del desarrollo personal y comunitario.

Un mercado en el que las entidades y empresas de economía social y solidaria intercooperen entre ellas para subsistir, crecer y ser alternativas económicamente realistas.

Un mercado en el que los pequeños productores y productoras vuelvan a controlar la venta y distribución de lo que producen y puedan fijar el precio de sus productos o lo fijen en común acuerdo con las consumidoras y que aglutine los esfuerzos de ciudadanas/os responsables, para multiplicar la fuerza que posee un consumidor/a de forma aislada.

Un mercado que impulse: El sector de la economía solidaria; el sector de las empresas de inserción; los productos y servicios de entidades con compromiso social, el comercio justo y los productos ecológicos.

Un mercado en el que los/as ciudadanos/as podamos visualizar de una manera integrada un sin fin de productos y servicios que hasta ahora no se han presentado en conjunto como de economía solidaria y social. Es decir, todos aquellos productos y servicios generados por entidades de economía social y solidaria bajo criterios de responsabilidad social, desarrollo sostenible, equidad, etc.

Un mercado social como una alternativa al modelo económico imperante, siendo un instrumento de transformación social y justicia que fomenta un desarrollo sostenible y participativo.

¿CÓMO FUNCIONARÁ EL MERCADO SOCIAL?

Cada componente (nodo), sea empresa social o consumidor individual, procura consumir al máximo bienes y servicios producidos por el resto de los componentes del mercado social.

Los bienes y servicios que circulan en el mercado social cumplen tres criterios: ser socialmente útiles, ser ecológicamente sostenibles y haber sido producidos con equidad y democracia.

Cada componente contribuye a crear nuevas empresas sociales vinculadas al mercado social, a fin de ir completando y cerrando ciclos productivos. El mercado social, además de bienes y servicios, genera aprendizaje colectivo, innovación tecnológica, cultura, relaciones sociales, proyectos, valores, etc. El mercado social es un espacio generador de sinergias, de aprendizaje, de valores y cultura, con vocación transformadora y movilizadora.

Los integrantes del mercado social serán:

– Empresas y entidades sociales y solidarias productoras de bienes intermedios o finales que cumplan los criterios establecidos (Respeto al medio ambiente, Empleo estable y de calidad, Inserción de colectivos desfavorecidos, Compromiso con el entorno, Democracia y participación, No tener el beneficio económico como único fin, Igualdad, Cooperación, Transparencia, Fines sociales, Arraigo al territorio, Calidad, Mejora de la legislación vigente, Otras…).

– Empresas y entidades sociales y solidarias distribuidoras (cooperativas de consumo y de transporte y logística, redes de intercambio, tiendas de comercio justo y de agricultura ecológica…) que cumplan también los criterios establecidos.

– Consumidores/as conscientes y responsables, es decir, las personas que compran siguiendo criterios ecosociales. Consumidores/as que no sólo compren sino que quieran caminar juntos en esa transformación del mercado y de la economía.

Además el Mercado Social contará con otros mercados de soporte como:

– Mercado financiero. Cooperativas de servicios financieros, cooperativas de crédito, fondos de inversión de las secciones de crédito, bonos solidarios para cubrir las necesidades de financiación. Se trata de fortalecer y multiplicar experiencias como la de Coop57.

– Bolsa de trabajo para las empresas y entidades sociales y solidarias, integrada por personas interesadas en trabajar en esas empresas.

– Servicios de soporte: Organizaciones de representación y soporte general: federaciones de empresas sociales, asociaciones, fundaciones, medios de comunicación receptivos, etc. Centros de formación, asesoramiento y prospectiva: escuelas, observatorios de tendencias socioeconómicas, empresas de auditoría social, etc.

HERRAMIENTA DE VISUALIZACIÓN DE LOS MERCADOS SOCIALES:

www.konsumoresponsable.coop Para alcanzar la masa crítica suficiente de productores/as, consumidores/as y ahorradores/as solidarios/as en un territorio, y conformar mercados sociales que cubran de manera significativa las necesidades de miles de personas, aún queda mucho que hacer.

Necesitamos multiplicar la intercooperación empresarial, reorientar la política de mercado de muchas empresas solidarias hacia cubrir prioritariamente la demanda interna del sector, impulsar la emprendeduría social y cooperativa, y también ampliar la oferta de bienes y servicios de la economía solidaria, así como facilitar su visualización mediante etiquetas ecosociales, balances y auditorías sociales, portales web, catálogos…

Varias entidades impulsoras de la economía solidaria en el estado español han puesto en marcha un Portal Web temático de Consumo Responsable y Mercado Social, con el objetivo de agrupar a todos los actores y agentes que intervienen en el fomento de un consumo más consciente y crítico, y que sirva de herramienta de mayor impacto social y de referencia para toda la sociedad.

Estamos convencidas que es necesario fortalecer los espacios de participación y la organización de los consumidores y consumidoras de tal forma que se empujen y fomenten cambios sociales dirigidos a conformar una sociedad basada en la justicia y equidad. Sólo el hecho de ejercer como consumidores y consumidoras responsables ya genera todo un movimiento social más amplio de toma de conciencia, presión y acción al erigirse como ejemplo de lucha por la transformación del sistema económico existente hoy en día.

El Portal Web posibilita:

_ La comunicación y participación de la ciudadanía que actúe como consumidora responsable.

_ Un espacio de información multidireccional que recorre la trazabilidad de cualquier producto o servicio.

_ Formación que nos permita comprender y elegir con criterio como personas consumidoras, productoras, distribuidoras…

_ Un canal de venta y promoción de productos y servicios que promueven o construyen mercado social.

En definitiva un Portal que reúne y recoge todos aquellos aspectos que directa y/o indirectamente se encuentran vinculados con la Economía Social y Solidaria en todas sus vertientes y que logra aunar a productores/as y consumidores/as en una misma herramienta dispuesta a su servicio.

El portal konsumoresponsable.coop es el espacio donde confluyen los diferentes caminos que comparten el consumo responsable como un objetivo fundamental en su desarrollo. El lugar que suma entidades y personas en un trabajo compartido.

Desde aquí actuamos como consumidores, productoras, educadores, distribuidoras… responsables.

Todo aquello que quieras obtener del konsumoresponsable fácilmente lo encuentres aquí: _ economía solidaria _ comercio justo _ consumo ecológico _ desarrollo local corresponsable _ inclusión social _ cooperación internacional

La creación del Portal Web permitirá facilitar y acercar al conjunto de la población todo un abanico de ámbitos que le posibilitan posicionarse ante un mercado consumista desde su capacidad crítica así como desde su propia reflexión. Un portal que acerca y normaliza prácticas de Consumo Responsable sin olvidar que la generación de cambio social y participación ciudadana es uno de los ejes que dan sentido a la economía social y solidaria.

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