Escrito por
Celebraciones
– Autor: Evaristo Villar –
ANÁFORA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
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TEXTOS PARA LAS LECTURAS
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ORACIÓN DE LA COMUNIDAD
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Oración con el Universo
Oh Señor, yo te rezo con todo el Universo. Pero el mundo te reza y yo me hundo en su río Te rezo con la humilde sumisión de las cosas; Con todo el Universo, que al moverse pronuncia Llueve, Señor, un día en mis secos barbechos… José María Valverde El ciego de Siloé Al pasar vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: Jesús contestó: Entonces escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: El ciego fue entonces a lavarse y volvió con vista. Los vecinos y los que antes solían verle pedir limosna preguntaban: Unos decían: Otros, en cambio: Él respondía: Entonces le preguntaban: Contestó: Le preguntaron: Contestó: Llevaron a los fariseos al que había sido ciego. (El día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos era sábado). Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había conseguido la vista. El les contestó: Algunos fariseos comentaban: Pero otros replicaban: Estaban divididos y le preguntaron otra vez al ciego: Respondió: Los dirigentes judíos no creyeron que antes era ciego y que había conseguido la vista hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: Contestaron los padres: Los padres contestaron así por miedo a los dirigentes judíos, porque éstos habían ya convenido en excomulgar a quien reconociera que Jesús era el Mesías. Por eso dijeron: «Ya es mayor, preguntádselo a él». Llamaron otra vez al que había sido ciego y le dijeron: El contestó: Insistieron: Contestó: Ellos lo llenaron de improperios y le dijeron: Replicó él: Le replicaron: Se enteró Jesús de que lo habían expulsado, fue a buscarlo y le preguntó: Contestó: Jesús le dijo: Declaró él: Jesús añadió: Juan 9, 1-39 |
P. ¿Cómo podremos, Señor, bendecirte
y darte gracias a ti que eres un Dios sorprendente y siempre nuevo, nosotros, tan seguros en nuestras posiciones, tan inmovilistas y reacios a lo desconocido? A.. Tú, Señor, eres la luz que rasga las tinieblas, L1. Nosotros vivimos presos de la manía: A. Tú, Señor, eres lámpara para mis ojos inciertos, L2. No somos la sal A. Hoy te damos gracias L3. Así lo hizo Jesús y en ello le fue la vida: P. Envíanos, Señor, tu Espíritu, A. SANTO, SANTO, SANTO … P. Recordamos ahora a Jesús, A. Jesús no se acomodó a las seguridades de su tiempo, L4. Jesús aceptó a cuerpo limpio el conflicto P. Sobre la esperanza de tantas víctimas, A. Padre nuestro, L5. Te presentamos ahora L6. Que los hombres y mujeres L7. Que nuestros familiares más cercanos, A. Que consigamos, Señor, con tu ayuda: P. Que la comunión en el Espíritu |