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¿A QUIÉN SIRVE LA JUSTICIA?

Escrito por

Exodo 110 (sept.octub.) 2011
– Autor: Varios Autores –

In memoriam de JULIO LOIS, compañero en la redacción de Éxodo, que mantuvo la opción preferencial por los pobres en su vida y en su obra. Agradecemos tu aportación y mantenemos tu recuerdo.

Hoy como ayer la injusticia campa a sus anchas en el mundo pero, también, el ansia de justicia resiste en los corazones y la memoria colectiva. El presente número de ÉXODO ¿A quién sirve la justicia? quiere sumar su palabra a la corriente que reclama un vuelco contra la injustica. Manuela Carmena reclama la urgencia de reivindicar la justicia y el derecho para las grandes mayorías populares, precisamente ahora que la crisis económica las está privando de un estado de bienestar necesario y conseguido con esfuerzo. Ariel Álvarez retoma la figura profética de Amós, quien en el siglo VIII antes de Jesús, en una época de prosperidad económica profetizó la destrucción de Israel porque estaba edificada sobre la pobreza de muchos. Reyes Mate, por su parte, plantea que el recurso a la memoria como última arma de las víctimas se ha convertido en clave de interpretación de los conflictos más agudos de nuestro tiempo. La memoria de las víctimas resulta tan peligrosa porque, en palabras de W. Benjamin, “reabre expedientes que el derecho considera archivados”. Ambas figuras, la antigua profecía y la moderna cultura de la memoria, ven algo que escapa a la historia y a la ciencia: las víctimas tienen significación y es obligado hacerles justicia.

Con José Antonio Martín Pallín repasamos en la Entrevista el ejercicio de la justicia en España. Martín Pallín termina discrepando con la formación que reciben los jueces porque, en su opinión, un juez tiene que tener memoria reflexiva, sensata y ser capaz de abordar la realidad. Y con Diana Galindo y Amparo Barbero asistimos, desde la Comunidad de Madrid, al colapso diario de la administración de justicia ordinaria. Por su parte, Joaquín Urías plantea la peligrosa deriva del Tribunal Constitucional a raíz del escandaloso comportamientos de los partidos políticos mayoritarios en su pretensión de controlarlo. La importancia del Tribunal Constitucional es indudable porque es la última garantía para el respeto de los derechos de la ciudadanía. Recuperar esta función de “garante” de la democracia es lo que solicita el autor.

Ángel Luis Ortiz se plantea si existe una justicia para ricos y otra para pobres, para concluir que, en el ámbito de la vigilancia penitenciaria, se administra justicia casi exclusivamente para pobres. Un sistema de sanciones penales ligado estrechamente a la exclusión social, en un país donde, paradójicamente, baja la tasa de delincuencia pero se saturan los juzgados y las prisiones; el Barómetro Social de España nos recuerda que España es uno de los países de Europa con menor tasa de delincuencia y mayores tasas de personas en prisión.

¿Qué hacer en esta situación? José Luis Segovia sugiere que Otro derecho penal es posible: frente a la justicia retributiva del castigo se apuesta por la justicia restaurativa, que permita compensar el daño y restituir la paz propiciando el conocimiento y la confrontación del sufrimiento del otro, de la víctima, la gran olvidada de la justicia. Esta perspectiva alienta fórmulas de mediación penal y penitenciaria, facilitar a víctimas e infractores procesos personales de integración y favorecer la progresión de grado en las prisiones. Nuevas perspectivas que tienen que venir en paralelo con una profundización de la democracia, tal como apunta el incremento de asociaciones de orientación cívico-crítica y reivindicativa.

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